El río Segura fue testigo y precursor de la muerte del gran general cartaginés Armilcar Barca, quien desafió a Roma junto a su hijo Aníbal y su yerno Asdrúbal.
Amílcar Barca desembarcó en la Península Ibérica allá por el 237 a.C. y estuvo guerreando durante nueve años aproximadamente. Estaba encargado de la conquista del Mediodía y Levante de la Península, comarcas que con sus grandes recursos económicos y militares pondrían a Cartago en una posición privilegiada para la futura e inevitable guerra con Roma.
Destruyó Mastia, sobre la que más tarde su yerno Asdrúbal levantaría Qart Hadashat, (la actual Cartagena) capital del nuevo imperio púnico de Iberia. Al hacer esto rebasó la zona de influencia de Cartago que, Roma había reconocido en el tratado del año 348, zona que tenía como límite septentrional la ciudad de Mastia de los Tartesios.
Polibio, en su obra: Historia Universal, II, I, 5-6, cuenta que durante las luchas colonizadoras que los Cartagineses libraban contra los Bastetanos, Amílcar encontró una fuerte resistencia en Heliké o Helice (Elche de la Sierra) y la sitió.
El rey Orissón, acudiendo en ayuda de los sitiados, obligó la retirada de Amílcar que, viéndose acorralado huyó cruzando el río Segura.
Cuenta la leyenda que mientras el cartaginés intentaba cruzar el río, éste lo derribó de su caballo y arrastrado por la corriente encontró la muerte ahogado.