La fiesta de carnaval es una celebración muy especial previa a un periodo de solemnidad como es la Cuaresma y la Semana Santa.
De entre los carnavales más reconocidos de la Región, destacan los de Águilas, que son reconocidos como fiesta de Interés Turístico Internacional en 2015.
Aunque este año no podemos celebrarlo, no supone una novedad, puesto que durante la Guerra Civil y la Dictadura los carnavales quedaron prohibidos, aunque muchos, haciendo uso de la picaresca, lo celebraron camuflándola de cumpleaños, bodas y aniversarios entre otras.
Los carnavales, que se remontan al siglo XIX, quedaron regulados en las Ordenanzas Municipales del ayuntamiento, conservándose la de 1886. En ellos quedó Incluido la prohibición de determinados disfraces por los que algún vecino, sin darle mucha importancia a las ordenanzas, acabó celebrando los carnavales desde el calabozo, por elegir como disfraz los trajes propios de autoridades, tales como curas, obispos, policías, militares, guardia civil, monja, alcalde, incluso el de cartero.
Aunque poco a poco las limitaciones se redujeron, limitando dichos disfraces a que no podían llevar las condecoraciones de los mismos.
Pues si esto os parece llamativo, años más tarde se incluyó la prohibición de usar máscaras que pudieran ofender y ridiculizar a los poderes ejecutivos.