Los años de reinado moro en la Murcia de hace siglos, llegaron a su fin cuando el Infante Alfonso consiguió la rendición del monarca Aben Hud.
En 1243 capital de la Región pasó a denominarse Murcia, dejando en el olvido y en los libros de historia el nombre de Mursiya.
Aben Hud tenía muchos problemas internos en su reino y cada vez veía más cerca la amenaza del bando cristiano. Comprendiendo la situación, decidió adelantarse a los acontecimientos.
Puesto que la conquista del reino de Murcia era inevitable tarde o temprano, y todo intento de resistencia resultaría inútil decide rendir el reino de Mursiya al Reino de Castilla buscando en su capitulación, obtener el mayor beneficio para sí mismo y para su reino.
Aben Hud mandó embajadores al encuentro del Infante Don Alfonso ofreciéndole, la ciudad de Mursiya y todos los castillos desde Alicante hasta Lorca y Chinchilla.
Sin dudar un sólo instante, el infante castellano aceptó. Desde este momento Don Alfonso, sería reconocido como Rey de la nueva ciudad de Murcia.
Este acontecimiento histórico vivido en las tierras del Segura, es recreado todos los años por la Federación de Moros y Cristianos, dentro de los festejos de la Feria de Septiembre de Murcia.